«- Esas tumbas son muy antiguas y de gente pobre, por eso no tienen ni lápida. Nadie las cuida. Yo les amontono tierra encima para que las respeten y no las pisen. Hay mucho cafre.
- Pero... tienen flores. ¿Quién se las pone?
- Yo. La gente cambia con demasiada frecuencia las flores de las tumbas de sus familiares, están nuevas y las tiran. Yo las recojo y se las coloco a estos pobres que no tienen a nadie.»
Charlas con el enterrador II