«La unión de dos corazones
te dió Lola la existencia
y forjamos ilusiones
con tu amor y tu inocencia
¿Qué nos queda de ti hija mía?
Unos míseros despojos
un nombre en una loza fría
y el llanto de nuestros ojos»
En el Cementerio de Archidona, Comarca de Antequera (Andalucía)
Fotografía: Unos míseros despojos
Autor: Landahlauts
Ningún padre debería sobrevivir a sus hijos, no puedo imaginármelo, pero debe ser algo atroz.
ResponderEliminarCreo que no puede haber dolor mayor.
ResponderEliminarTu entrada me ha llegado a lo más hondo...He visto tantas y tantas tumbas de niños y jóvenes, hace años, cuando las veía me impregnaba de tristeza y me preguntaba como podrían seguir adelante esos padres, en la injusticia de la vida. Hace ocho años perdí a mi hijo pequeño de 12 años en un accidente en casa, al principio entre tantos y tantos terribles pensamientos me parecía mentira que la vida siguiera el ritmo normal a mi alrededor si para mi se había parado todo...y va pasando el tiempo y no te recuperas nunca y lo único que vas aprendiendo es a seguir "viviendo" pero sin él. Te dejo un enlace del primer blog que tuve (y aún sigo) http://giverny.lacoctelera.net/post/2007/04/01/para-tener-muy-cuenta
ResponderEliminarPerdona por haberme alargado y haberme abierto así aquí pero me ha salido espontaeno.
Un abrazo
Más duro aún me parece contado en primera persona. A pesar de ello me quedo con la idea de "aprender a seguir viviendo pero sin él": resumen una gran lección de como hacer frente a la adversidad, por grande que sea y, a nuestro modo, superarla.
ResponderEliminarBesos, Mar.