Huellas del plomo traidor que arrancó del corazón de muchos la esperanza nacida un 14 de abril de 1931.
En la puerta de entrada al Cementerio de Armilla, en la Comarca de la Vega, se pueden observar las huellas de bala de las ejecuciones. Durante décadas han estado ocultas: repelladas con yeso y blanqueadas con cal. Pero, sobre todo, ha estado ocultas por el miedo y el silencio cómplice.
Nunca cicatriza una herida tapándola sin curar. Y menos, si la cubre una costra sucia y maloliente de impunidad e injusticia.
Acabaron con aquella primavera y llegó un invierno largo, cruel y sangriento.
Acabaron con aquella primavera, pero vendrán otras.
Fotografía: Huellas de traición y Muerte
Autor: Landahlauts
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